El último golpe lo dio BBVA al nombrar como consejero al entonces responsable del área global de Banca Digital del Grupo. Un cambió que apunta directamente a la digitalización del banco y una señal de cómo se está moviendo la industria. Realizamos un análisis que detalle el uso y comportamiento de los cinco principales bancos nacionales con Twitter. 

En España el crecimiento de uso de smartphones se ha multiplicado en sólo dos años. En este contexto, las redes sociales – en especial Twitter – juegan un papel clave a la hora de captar y fidelizar clientes, segmentar usuarios, identificar las necesidades del consumidor, las tendencias de mercado, etc.

Chile también ha reaccionado, el 2013 se realizó el primer encuentro de banca digital en la región. Evento en el cual se premiaron las mejores soluciones innovadoras para el sistema financiero desarrollado por startups.

El 2014 la encuesta WIP Chile ejecutada por la Facultad de Comunicaciones de la UC y la Cámara de Comercio de Santiago reveló que de los casi tres quintos de chilenos que accede a internet, el 34,3% declara realizar transacciones bancarias contra 89% en Suecia, 78% en EE.UU. y 56% en Polonia. Pero eso no es necesariamente desfavorable: la cifra en Chile fue de 12% en 2010, que es lo mismo que reportó Rusia en 2013, una superpotencia nuclear que, sin embargo, tiene un PIB per cápita parecido.

 En Alianza analizamos el comportamiento de distintos Bancos en Twitter:

Análisis bancos twitter

 

Una industria en crecimiento, pero con pendientes

Cinco de los bancos nacionales más importantes han incorporado Twitter como una herramienta de comunicación para dar información sobre productos, beneficios y servicio al cliente. En conclusión ha utilizado la plataforma para fidelizar y dar atención personalizada y eficiente a sus consumidores.

La gran deuda de la industria nacional financiera está en los niveles de performance y la medición de los objetivos. Los enlaces no registran mediciones para medir el comportamiento de productos adquiridos por esta vía, lo que no permite medir el real impacto de las plataformas digitales y su ROI.