Las búsquedas relacionadas a la industria de la salud aumentaron un 9% el 2014 y un 18% el 2015 según datos de Google. Durante el presente año las búsquedas por “hospital” aumentaron un 33% en dispositivos móviles. Estas cifras sitúan a la industria en un importante crecimiento; escenario clave para desarrollar diversas estrategias de marketing digital.
Las cifras nos indican que lo que se comparte en redes sociales tiene mucha relevancia para el segmento entre 18 y 24 años. Según el estudio de la agencia norteamericana Fathom, el 90% de ese segmento confía en la información sobre salud que es compartida por conocidos en sus redes sociales, mientras que el 41% de los pacientes indican que las redes sociales impactan en su elección al momento de elegir un servicio de salud.
Con estos datos es posible establecer que uno de los principales canales, para establecer un grado de compromiso con el paciente, son las redes sociales y el contenido. Para lograr dicho objetivo consideramos cuatro ejes claves:
– Integrar la comunicación digital a través de toda la organización.
– Transformarse en una comunidad líder en la industria de la salud.
– Crear contenido con el foco puesto en los pacientes.
– Generar compromiso en base a contenido valorado por el usuario.
¿Por qué el contenido resulta clave lograr grados de compromiso en los pacientes?
Luego o antes de una solicitud de servicio, el usuario estará en un periodo de búsqueda y consumo de contenido. Es importante considerar que un 80% de los usuarios de internet ha buscado en Google datos sobre enfermedades y tratamientos y que un 34% ha leído comentarios o reseñas sobre la experiencia de otros sobre un servicio médico.
Bajo estos parámetros, una métrica clave para medir el compromiso de los usuarios es el «engagement». Este indicador mide el porcentaje de usuarios que han interactuado con la marca en un tiempo determinado. Con este indicador podemos saber realmente cómo estamos interactuando con nuestros usuarios y a qué nivel de profundidad estamos generando compromiso.
Este contexto justifica la planificación de una campaña digital centrada en contenido con estrategias que estén principalmente enfocadas en la experiencia del usuario.