Hay una idea poco cómoda, pero real:
El tiempo es la variable más cara del negocio.
Cuando una clínica posterga decisiones importantes —como profesionalizar su captación, ordenar su sistema comercial o entrenar a su equipo— está dejando dinero sobre la mesa todos los días.
Cada mes que pasa sin tomar la decisión de crecer:
- Es menos facturación acumulada
- Es menos posicionamiento de marca
- Es menos margen de maniobra a futuro
El costo de la indecisión es invisible… hasta que un día es evidente.
Casi nunca es demasiado temprano para empezar.
Pero muchas veces es demasiado tarde para recuperar lo que no se construyó a tiempo.